Diego Carneiro es chelista. Y es brasilero. Desde hace tiempo quería venir a la Amazonía hasta que llegó el día: decidió pasar el feriado en Añangu, el famoso destino turístico que se encuentra a la orilla del Napo y, claro, a la vuelta, a conocer el MACCO. Vino con su compañera, Isabel Rodríguez y con su compañeros inseparables: Diego, con su chelo e Isabel, con una buena cámara de fotos.

Los turistas se encontraron con los espíritus de la selva, con el museo de los Omaguas. Y Diego Carneiro decidió tocarles en privado, como para hacerlos bailar. Y su música fue como un susurro, como un viaje, como cantarles a Killa y Filuku y verles danzar con las estrellas en las noches en las que la luna deja ver su rostro en la selva.

Diego tuvo un público improvisado: la gente que visitaba el MACCO en la biblioteca, el personal del museo, algún curioso. Todos, disfrutando del momento, de un instrumento poco común en estos rincones amazónicos y de las explicaciones del origen del chelo que compartió el músico en su paseo.

Como parte del repertorio, tocó algo del famoso chelista catalán Pablo Casals , Bach y algo de la música de la selva y de los cantos de los animales que pudo escuchar de la música kichwa, como huésped de Añangu.

Diego Carneiro espera venir nuevamente. En el MACCO le esperamos con las puertas abiertas para que comparta con nosotros eso que es la música: el lenguaje universal de los espíritus. !En el MACCO siempre pasan cosas buenas!